Feliz cumpleaños a mí, aunque parece que nadie se preocupa por mí en este día especial. A veces, en los momentos que esperamos más, el silencio y la ausencia pesan. Sin embargo, me recuerdo que la vida sigue y que la primera persona que debe celebrarme soy yo mismo. No necesito una multitud ni grandes gestos para saber que valgo, que mi existencia importa. Hoy, más que nunca, me doy el regalo de mi propio cariño, recordando que, al final del día, lo más importante es cómo me veo y valoro a mí mismo.
Add comment